Así me siento cuando la música me inunda y se apropia de mí.
Cuando las notas plasmadas sobre el cello hacen vibrar mi cuerpo, y la melodía me transporta a ese mundo en el que somos solo nosotros, vos, yo y nadie más...
Donde te puedo mostrar mi corazón y quien soy, donde las lágrimas de antiguas penas y nuevas alegrías se agolpan empañando mis ojos para cruzar veloces mis mejillas, donde el orgullo se transforma en comprensión y el rencor en el mas puro amor.
Si, vamos, pero llévame lejos por favor, muy lejos...
No tiene sentido esperar acá.
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