"El amor es una enfermedad de las más jodidas y contagiosas. A los
enfermos, cualquiera nos reconoce. Hondas ojeras delatan que jamás
dormimos, despabilados noche tras noche por los abrazos, o por la
ausencia de los abrazos, y padecemos fiebres devastadoras y sentimos una
irresistible necesidad de decir estupideces.
El amor se
puede provocar, dejando caer un puñadito de polvo de quereme, como al
descuido, en el café o en la sopa o el trago. Se puede provocar, pero no
se puede impedir. No lo impide el agua bendita, ni lo impide el polvo
de hostia; tampoco el diente de ajo sirve para nada. El amor es sordo al
Verbo divino y al conjuro de las brujas. No hay decreto de gobierno que
pueda con él, ni pócima capaz de evitarlo, aunque las vivanderas
pregonen, en los mercados, infalibles brebajes con garantía y todo."
Eduardo Galeano
Nada más certero para explicar como estoy...
Decidimos de común acuerdo y por prudencia más que por necesidad, vernos en lapsos cortos de tiempo, con espacios amplios entre cita y cita.
Tanta química en mi cerebro y yo que la aborresco profundamente!
Pero sus abrazos, dios! sus besos, sus piernas entrelazadas con las mías... El sabor de su piel, dios! la locura, sus pechos abundantes y perfectos, capaces de saciar la sed mil veces....
y su espalda, por favor, como puede gustarme tanto?
Escucharla me resulta tan preciso como respirar, solo verla sonreir puede apaciguar cuanta duda o pena me invada... Que expuesto que estoy.
Hasta donde me animaré, será esta vez?
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