viernes, 27 de enero de 2012

Yo sé...

No tengo mucho que contar.

Bueno, no algo que te resulte interesante.

Tratando de olvidar me distraje en vanalidades y dibujos irreales, pero que va, sabía bien lo que hacia.

Crecer, amar, sufrir, distraerse, amar, sufrir, crecer...

Las noches acá a veces son perfectas, como hoy, justamente ahora, esta noche respira calida paz, digna de pueblito sureño.

Sabes? me gustaría saber como vos lo percibis, que me cuentes como es tu noche, si se te dio por mirar a traves de la ventana, o si las pesadas cortinas fueron más fuertes que la voluntad y decidiste solo cerrar los ojos, descansar.

A mi, noches así me invitan a caminar, a recorrer los jardines de la ciudad, a disfrutar de la brisa en el rostro, pero no voy a mentirte, no caminé, preferí una vueltita en moto. Despacio, disfrutando.

Paré para mirarte una vez más en los rostros ajenos, me senté bajo un eucalipto enorme, Negracha estaba un poco más allá llamando la atención. Pensaba cuanto puede irse y yo seguir en pie.

Y me gustó recordar que aún puedo soñar, creer, confiar y amar.

No te lo habia dicho aún, pero quiero estar listo, hace algún tiempo me estoy preparando...

Quiero mirarte a los ojos, besarte los labios y reclamarte, adonde estabas, cuanto me hiciste esperarte.Sabés cuanto sufrí hasta encontrarte?

Por suerte ya es hora de dormir, por suerte aún puedo soñar.

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