lunes, 4 de agosto de 2014

Terapia

Hola, como le va...

vengo, porque, usted verá, tengo una enfermedad atroz, una enfermedad de la que no conozco su nombre, pero que de sus efectos puedo hablarle largamente.

en sencillas palabras, mi afección reside en mi mente, y tiene acción directa en mi corazón.

Tan directamente que me hace sensata y profundamente infeliz..

Doctor, cureme, no puedo más, mire, le juro, no puedo más con esto, yo sé, que tal vez usted pueda.

No tengo mucho, mire, la verdad, casi nada, pero estoy a punto de perderlo todo y si he de hipotecar mi sangre, eso es lo que haré.

Le ruego doctor, extirpe de mi este mal, que ya no me deja vivir...

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